Orión
Un día Orión, recibió un mensaje, era un saludo de un lejano amigo, lejano por la distancia que los separaba físicamente, uno de esos que no necesitan hablar de más para conectar al instante.
Le contó de su pasión por compartir a través de las letras sus experiencias, en una de esas escrituras, le recordó que había comenzado ese bonito viaje de nuevo, el de la escritura, justo como si estuvieran en perfecta sincronía, como si hubiera una inteligencia superior dictando en voz alta detrás de los oídos de cada uno.
El mensaje decía:
“Orión que alegría poder compartir este momento contigo, estas palabras, palabras que salen de cada uno pero con una misma intención, la de compartir su camino.
La de dar. Y dar sin esperar nada a cambio.
Es por eso que estando desde ese nivel de la gratitud, primero quiero decirte que gracias, gracias por tus mensajes, de verdad que logro transmutar tus emociones, al punto que siento lo que sientes, veo lo que vez, respiro el frío que respiras en la mañana mientras elevamos nuestros cuerpos en esa danza sagrada y mantenemos nuestro templo en las mejores condiciones… gracias por que me regalas vida.
Cuando Orión recibió este mensaje inmediatamente supo que su viejo amigo, Shonk, estaba viviendo cosas similares a el luego de huir del colador de sueños, y le pregunto intrigado por su historia, su proceso, su camino…
Quería saber cómo empezó todo, que le contara sin rodeos sobre las sincronicidades que había vivido, las Epifanías, y toda la magia que también estaba viviendo…
El Shonk, que se encontraba a unos 30 grados al noroeste de Orión y cuya posición le favorecía para poder tener una percepción más amplia en Orión, podía ir observando como avanzaba, podía ver sus huellas, ese legado por el cual sentía debía simplemente avanzar, seguía erguido con una mano alzada como intentando conquistar la cima de esa montaña y como todo un guerrero que siempre tiene en frente su escudo (la sonrisa) y un corazón lleno de amor, pues descubrió que esa es la mejor armadura que un ser podría tener.
Observaba como Orión lograba encontrar amor incluso en lo más simple de la vida.
Observaba su recorrido, y como día tras día se llenaba de más y más amor, era como un contenedor que no tenía fin, pues Orión descubrió la fórmula de la alquimia, y logró avanzar al punto que sin importar cuál fuera la circunstancia que estuviera experimentando, el lograba convertirla en algo mágico, sublime, sagrado, pues Orión en este recorrido mantenía en un estado puro de contentacion (blissness)
Esa contemplación plena que lograba a cada instante fue lo que desencadenó esa alquimia, pues ya había recorrido bastante, había atravesado montañas, ya le conocía la espalda a muchas cimas alrededor del mundo, y él más que nadie sabía lo que significa mantener en ascenso.
Pues entendía que a mayor altura, mayor contemplación.
Ambos llevan un recorrido diferente a simple vista pero muy similiar cuando logras observarlos detenidamente,
Orión sentía curiosidad de saber cuáles habían sido esas aventuras, que su viejo amigo tenía por compartir.
Así que sin esperar ni mas ni menos este comenzó su relato.
Le contaba que la ausencia de amor y el acelere que dominaba sus latidos y sus emociones habían sido durante un largo periodo de tiempo el impedimento para avanzar y salir de ese colador de sueños, y en el que para ese entonces no tenía control, pese a que siempre estaba dispuesto y le sobraba la actitud para emprender.
Le compartió lo que para el era el significado de estar ausente y no saberlo.
Y peor aún, ausente consigo mismo.
Orión, te pregunto: que puede ser peor que estar ausente en uno mismo?
Dejar de observarse por el acelere del día a día, y las carreras en las que decidimos entrar es quizás una de las epidemias con las que el ser humano a tenido que vivir por cientos de miles de años.
La auto observación sin un propósito más allá del estético, aturde en nosotros de tal forma que no permitimos ir más allá de la forma.
Y cuando solo adoras la forma, y descuidas tu esencia, obtienes las consecuencias,
Y yo si que sufrí las consecuencias de no haber conectado con mi ser más espiritual para ese entonces,
-dijo shonk.
Logre atravesar lo que podría ser el dolor más intenso emocionalmente hablando, pues todas las circunstancias que se dieron para ese instante se vinieron en mi contra, y lo único que que pude hacer para ese entonces fue recibir sus consecuencias. Esas que recibes cuando eres esclavo de tus emociones.
quizás estaba recibiendo lo que para ese entonces era la lesión que debia aprender, aunque doloroza, era al fin y al cabo una lesión más .
Así que Orión, amigo mío,
O naces con la bendición de conectar contigo desde que eres consciente, o simplemente vas obteniendo tu diploma de graduación cuando pases las pruebas,
Y acá estamos, aprendiendo diariamente pues las lesiones nunca terminan.
De ser un eterno alumno, uno no se devuelve.
Epifanias.
Si muchas, pero unas más remarcables que otras por su puesto,
Recuerdo el día que logre conectar esa intuición con la idea que visitaba mi mente para ese entonces, fue quizás si mal no recuerdo, mi primera pieza maestra.
De esas que sabes son una obra completamente tuya y que nació de las entrañas, y donde las emociones que nacieron en ese instante nos confirmaron que efectivamente estábamos haciendo lo correcto.
Pues descubrimos que para ese entonces, estabamos actuando en el escenario que nuestros pensamientos habían creado.
Me gusta llamarle, artesanía interior.
Pues de esas van varias,
Los últimos 10 años ha sido todo un proceso de artesanía interior.
Donde he conocido las telas más suaves y delicadas, pasando por las más pesadas y toscas, pero al fin y al cabo telas que están unidas por hilos, esos mismos que hoy nos conectan y nos tienen leyendo juntos esta primera carta.
Que la inteligencia suprema te guíe y que tu corazón te lleve a monserrat, dolomites, Suecia o Nepal, y sigas compartiendo esas experiencias que estás dispuesto a vivir,
O esa vida que estás dispuesto a experimentar,
Pues una vez entiendes que eres ese ser espiritual viviendo una experiencia humana, no desaprovechas cada sonrisa, cada roca, cada camino para vivirla, sentirla, experimentarla y compartirla,
Pues al fin al cabo de eso se trata toda esta linda experiencia.
Dar sin esperar nada a cambio,
Lo dice la primera ley de la alquimia.
Pd:
Siguiendo con esta armonia en que danzamos por estos días, te estaré compartiendo la experiencia que esta por venir, te escribiré desde los Alpes australianos, intentaré empinarme un poco y alzar la mirada, quizás logre verte por los Dolomites, por acá estamos en temporada de invierno, así que será un tiempo para contemplar, para observar y sentir como la suave nieve se posa sobre mis hombros, será un viaje de muchos silencios pues justo por estos días estoy reduciendo el ruido de mi mente lo que más pueda, pues estoy esperando el susurro que me dará las siguientes coordenadas, son tiempos de cambio, y que mejor que el poder del silencio para cambiar de sintonía.
Mucha luz. ✨
Que la fuerza de tu corazón te acompañe.
Nos sentimos allá, en los corazones. 🖤
Tu almigo
Shonk
🐐
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